Vamos a empezar hablando de esto de la educación virtual, todavía con muchísimas falencias en medio de un proceso desafiante para todos, para los profesores, para los alumnos, para los padres. ¿Qué nos podría decir usted de este proceso?
“Creo que ha sido un proceso muy complicado, porque que de un día a otro pongamos a los profesores y a los muchachos, o los expongamos totalmente a la virtualidad, pues obviamente que fue un choque importante. Pero de virtualidad estamos hablando hace más de 25 años, estábamos tratando de conectar los colegios de Bogotá, o pues un proyecto que me llegó a mí en el 98 ocho cuando era secretaria de Educación, de manera que por ahí estaba, habíamos discutido mucho, pero todos aplazábamos el uso de la virtualidad como un potenciador enorme de la educación. Y si bien esta pandemia nos generó mucho problema, nos generó una oportunidad maravillosa de efectivamente llegar a la virtualidad, de descubrir que no es una cosa tan difícil, que la tecnología realmente ha avanzado mucho y que realmente podríamos utilizar ese instrumento en bien de la calidad educativa. Y creo que muchos maestros lo están haciendo”.
Son procesos esperanzadores en términos de esa mejoría en la educación, pero también con muchísimos obstáculos teniendo en cuenta el tema de la conectividad en Colombia, incluso en las áreas urbanas, porque también hay muchísimas personas que tienen problemas para conectarse por diferentes factores, económicos o sociales, ¿eso también hace parte del cambio que tiene que ir de la mano con la educación virtual?
Obviamente, pero es que evidenciamos este problema que no es solo para la educación, es en general para el país, para la productividad, para la capacidad efectivamente de este país de insertarse en el mundo. De manera que yo creo que lo que nos enseñó la pandemia es que ya la conectividad es un servicio básico, indispensable. Obviamente, nosotros, por ejemplo, tanto cuando yo estuve en la Secretaría como cuando estuve en el Ministerio , lo que tratábamos era de conectar las escuelas. En este momento se trata de conectar a los estudiantes, conectar a las familias y es un reto para el país, pero realmente si logramos orientar inversiones, si logramos mejorar la conectividad, yo creo que va a ser un salto cualitativo no solo para la educación, sino en general para la productividad del país”.
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¿Podríamos mantener lo que hoy estamos llamando esa alternancia? Es decir, que ya sea un tema permanente el tema de los colegios en una educación virtual, que sea una opción fija también para las universidades y para los diferentes ámbitos de la educación.
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De acuerdo con el modelo educativo de cada institución pueden definir modelos en donde la gente vaya unos días. Yo creo que generar más autonomía en los estudiantes es muy importante. Pero también creo que una cosa que nos enseñó la pandemia es la importancia de la socialización de la educación presencial, la importancia de esos procesos que se van dando de apoyo mutuo, de trabajo colaborativo, que se facilitan y que se dan naturalmente cuando tenemos la educación presencial. De manera que yo creo que sí hay que usar la virtualidad, inclusive para la educación para toda la vida para los mayores va a ser importantísimo para la gente que trabaja; en fin, yo creo que ahí se van a mover muchos programas totalmente virtuales. En la educación básica lo que vamos es a utilizar la virtualidad para mejorar calidad, para conectar estos niños con el mundo, para darles mayor autonomía, pero yo sí creo que la presencialidad va a seguir siendo muy importante.
(Escuche el análisis de Juan Luis Mejía )
Sabiendo lo que ya tenemos en este momento en materia educativa ¿usted cuál cree que es ese futuro que nos está esperando? ¿Cuáles son esos desafíos que se nos viene por delante?
Hay unos de corto plazo, es decir, si vamos a tener alternancia todo el año entrante, pues es urgente que aceleremos estos cambios de los modelos pedagógicos, porque obviamente tuvimos que hacer cambios en las herramientas, pero no necesariamente en los modelos pedagógicos, de manera que toda la reflexión que hemos tenido este año se tiene que volcar en que efectivamente esta no presencialidad o esta alternancia realmente se haga con calidad. Ese es como el reto que tenemos ahora en este momento. Pero con esta cotidianidad, o esta relación cotidiana con la tecnología, pues la mayoría de los maestros están familiarizándose y van a tener cantidades de cosas que utilizar para mejorar la educación y ese es el reto que tenemos. Y adicionalmente, creo que para llegar con calidad educativa a zonas muy alejadas, para llegar con muchos recursos, la conectividad y las herramientas virtuales pueden ser una herramienta de equidad importantísima, porque conectar a estos niños del campo, conectar a estos niños de regiones aisladas con este mundo que nos da la red, yo creo que va a ser o tiene la posibilidad de ser un salto muy importante en la equidad, en la calidad educativa.
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En términos de mejoría también se está hablando mucho de que la pandemia desnudó o hizo más profunda esa brecha educativa que había en nuestro país, ¿Lo considera así?
Hay unos casos. Creo que hay algunos colegios con más capacidad y que tenían más experiencia en esto y que probablemente tenían más recursos, para ellos fue muy fácil, pero yo he visto unas experiencias maravillosas de maestros en colegios públicos desarrollando cosas novedosas que van a mejorar mucho la educación de sus colegios, de manera que yo creo que sí se hace evidente una desigualdad, pero creo que también da posibilidades de enfrentarla y de hecho muchos maestros lo están haciendo.