Si a usted, Ángela Posada Swafford, le dijeran 'defíname en una frase lo que le ha pasado al planeta y lo que viene', ¿cómo lo definiría?
“Yo diría que es un sacudón, un despertar. Nos han agarrado por la solapa, nos han sacudido y nos han dado un par de bofetadas y nos han dicho ‘bueno, tontito, si no se ha despertado antes, ahora despiértese’”.
Y al sacudirnos ¿eso qué implica?
“La ciencia maneja los hilos de nuestro presente y nuestro futuro. Los legisladores también han recibido un sacudón, espero que lo hayan entendido, porque los legisladores tienen que realmente hacer todo lo posible para que la ciencia sea parte de la agenda nacional de forma contundente. Ha sido un sacudón para los mismos investigadores de decir ‘bueno, cuál es la ciencia que yo necesito entregarle al país para prepararlo y al mundo para lo que viene’.
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Y lo que viene es simple y sencillamente la historia más grande de la historia de la civilización humana, que es el cambio climático. El coronavirus es como un bolero en la falda gigantesca del cambio climático. Esa preparación va a exigir todo lo que tenemos dentro de todo lo que podamos dar en materia de investigación científica y de apoyo en general de la sociedad.
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¿Qué tanto incide el cambio climático en lo que le ha pasado al planeta y a la humanidad con el tema del COVID-19?
“Diría que incide mucho porque el cambio climático causa movimientos, cambios en las poblaciones de las criaturas salvajes. El ser humano se acerca cada vez más a estas criaturas, metemos las manos allá dentro de donde no debemos, en cierta manera impulsados por nuestro afán de conquistar y de llegar y de tener materia prima y de hacer plata, pero también el cambio climático tiene mucho que ver.
Es como un gran campanazo ambiental, no solo el cambio climático, sino la deforestación, entonces tú deforestas empiezas a erosionar y entonces la respiración del bosque cambia, entonces lo que el bosque le devuelve a la atmósfera cambia en concentración, en cantidad, en calidad y ahí comienza a darse una serie de anillos concéntricos y de círculos que todavía no entendemos muy bien, que es el clima, pero todo está absolutamente conectado y el coronavirus es parte de esos anillos”.
¿Usted cree que realmente este tema de la ciencia, el tema medioambiental, el tema de la conciencia porque hay que cuidar lo que tenemos, la Tierra, el planeta que nos queda, va a ser parte de la agenda política? ¿Usted lo ve posible?
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“Lo veo viable en el sentido de que necesitamos mayor comunicación entre el legislador y el investigador. Esos dos mundos tienen que conectarse más, tienen que hablarse más, tienen que aconsejar y ser aconsejados y dejarse oír y esto, de cierta manera, también es parte de lo que uno como ciudadano puede hacer. Un ciudadano bien informado, insisto, mi lema es ‘el conocimiento es poder’”.
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¿Qué tanto tenemos que avanzar en Colombia para darle el lugar que merece a la ciencia, a la investigación científica como tal?
“Necesitamos infraestructura de gran forma, de gran nivel, e infraestructura educativa, pero también necesitamos un montón de infraestructura en tecnologías, como, por ejemplo, satélites. Yo insisto en eso, porque es que, si no observamos nuestro territorio, no vamos a poder nosotros mismos ayudarnos. Eso es un pequeño ejemplo. Entonces necesitamos como país, como gobierno, que haya una inversión bastante más del 0,2 %...
¡Por Dios! Hay países mucho más pequeños que Colombia en nuestro propio continente que están destinando más que eso. Entonces ahí las prioridades están donde no tocan”.
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También ahí hay un tema clave y es ¿cómo la ciencia se ha visto sometida a una prueba de fuego, porque ha sido puesta en la picota pública por políticos. Estamos hablando de señores como Donald Trump , Jair Bolsonaro y muchos en redes sociales que difunden noticias falsas sobre temas científicos tan delicados hablando de la cura milagrosa para este coronavirus, hablando de la vacuna con una irresponsabilidad.
En ese sentido, es fundamental, no solo en Colombia, sino en el mundo, que se le dé el papel que merece la ciencia y quienes la estudian, que son los más importantes.
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“Estoy de acuerdo y me preocupa muchísimo también ese punto porque a muchas figuras políticas muchas personas las siguen, pero entonces la responsabilidad de ellos es gigantesca y estamos simplemente sujetos a seguir sus agendas, pero por eso vuelvo y digo ‘conocimiento es poder’.
Si uno sabe realmente cómo funciona la ciencia, uno no se deja meter los dedos en la boca, porque hay figuras y celebridades que son muy populares y entonces es muy fácil seguirlas, pero por lo menos si uno está informado uno dice: ‘voy a volver a leer esto porque no me convence’. Entonces yo creo que la clave está en el conocimiento”.
¿Hacia dónde va la ciencia?
“La ciencia sigue queriendo contestar preguntas fundamentales. Yo sé que hay mucho que nos falta por aprender, es más, vendrán nuevos virus que están ahí agazapados, escondidos, entre cuerpos de animales. ¿Quién nos mandan meter las manos allí? Pero también necesitamos esos animales maravillosos como los murciélagos para entender los virus, ellos tienen la clave de todo o de tanto.
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Entonces la ciencia, además, nos va a abrir mundos distintos, la ciencia espacial nos está abriendo el acceso a otros planetas y del mismo modo la ciencia de lo más chiquito nos está abriendo el mundo a nuevas dimensiones, nos está abriendo el mundo a la computación cuántica, eso va a cambiar nuestras vidas… les va a dar otro gran sacudón, espero que para bien.
Entonces la ciencia seguirá y seguirá porque hay mucha cosa. El punto es que hay mucho que nos queda por aprender, por conocer. El mar es desconocido, de los 100 metros para abajo el mar no lo conocemos. Lo mismo pasa con lo más pequeño, no solo en Física, sino en Biología. Entonces el mundo está ahí esperando gente como ellos para que les dé soluciones y nos dé esperanza a todos nosotros.