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Empresas en Colombia promueven la producción sostenible: le contamos cómo lo hacen

Pese al panorama desolador en el uso desmedido de los recursos naturales y el medio ambiente, algunas empresas están desarrollando iniciativas sostenibles en la producción del país.

PROYECTO ES COLOMBIA

La industria de la moda está dejando una huella devastadora en el planeta, siendo la segunda más contaminante después de la industria petrolera. Un ejemplo alarmante de este impacto es el sector textil, que genera 92 millones de toneladas de desechos sólidos anualmente y emite 1,715 millones de toneladas de dióxido de carbono, una producción para nada sostenible.

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Imágenes impactantes de montañas de ropa en el desierto de Acatama, en Chile, reflejan este problema, donde grandes cantidades de prendas desechadas, no biodegradables, terminan acumulándose. En Colombia, la situación es similar: solo en Bogotá, se generan 318 toneladas diarias de residuos textiles, de los cuales el 97% podrían reutilizarse, pero acaban en rellenos sanitarios como el de Doña Juana. El reciclaje de estos materiales en el país apenas alcanza el 5%, lo que resalta la necesidad urgente de una transformación en los hábitos de consumo y en la gestión de residuos.

Una empresa textil hace la diferencia


A pesar de este panorama desolador, algunas empresas están respondiendo al llamado de la sostenibilidad. Lafayette, una empresa textil colombiana con más de 80 años de historia, está a la vanguardia de esta transformación. La compañía ha invertido en tecnología de punta para reducir el impacto ambiental, reutilizando plásticos como las botellas PET, que son recicladas y convertidas en poliéster para la creación de telas sostenibles. Desde el triturado del plástico hasta la formación de fibras e hilos, el proceso no consume agua, lo que lo convierte en un ejemplo de prácticas responsables en la industria.

El compromiso de Lafayette con la sostenibilidad no solo incluye la producción de materiales ecológicos, sino también la reducción de emisiones y el ahorro energético. Las cifras lo respaldan: para fabricar un chaleco se requieren 8 botellas recicladas, mientras que un pantalón puede necesitar hasta 18. Estos números reflejan un cambio de paradigma en el que la industria textil empieza a mirar cada etapa del proceso con un enfoque más sostenible.

Producción sostenible de otras marcas


Medellín, epicentro de la industria textil colombiana, también alberga iniciativas destacadas. El Grupo Crystal, responsable de marcas como Gef, Punto Blanco y Baby Fresh, ha implementado importantes cambios en sus plantas de producción. En su planta de Marinilla, Antioquia, han instalado uno de los techos solares más grandes de Colombia, lo que ha permitido una significativa reducción de emisiones de CO2 y un aprovechamiento máximo de la luz solar. Además, el 99% de la iluminación en sus instalaciones es LED, lo que refuerza su compromiso con la sostenibilidad.

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El uso responsable del agua es otra prioridad. La cadena de producción en el Grupo Crystal involucra procesos de teñido y acabados que demandan grandes cantidades de agua, pero han logrado reducir ese consumo significativamente. Gracias a sistemas de tratamiento, el agua utilizada es purificada y devuelta al río, un ejemplo claro de gestión responsable de los recursos hídricos.

El compromiso con la sostenibilidad en esta industria no se detiene en la producción de prendas. Desde 2019, el Grupo Crystal ha eliminado el uso de bolsas de plástico difíciles de reciclar, reemplazándolas por opciones biodegradables. Incluso los maniquíes y las etiquetas de las prendas han sido repensados, utilizando materiales reciclados y bagazo de caña de azúcar. Este esfuerzo se extiende a la decoración de sus tiendas, donde los residuos textiles se reutilizan para crear muebles y otros elementos decorativos.

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Además, el grupo ha empoderado a comunidades como Hilos de Esperanza, donde 2.000 mujeres utilizan los residuos de tela para crear nuevas piezas, dándoles una segunda vida a estos materiales y fomentando la inclusión social y económica.

A través de estas acciones, la industria textil en Colombia está mostrando que la sostenibilidad no es solo una opción, sino una necesidad imperante. Empresas como Lafayette y el Grupo Crystal están demostrando que es posible reducir el impacto ambiental mientras se mantiene la competitividad en el mercado. Estos esfuerzos son un recordatorio de que todos, desde los productores hasta los consumidores, debemos asumir la responsabilidad de promover un futuro más sostenible para las generaciones venideras.

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