Más de 758 mil galones de gasolina ingresan de manera ilegal por las fronteras. La incautación de pimpinas ascendió a los $5 mil millones en 2018.
La situación se agrava cada vez más por los altos precios del combustible en Colombia. Las regiones fronterizas deben competir con galones que cuestan entre $4.000 y $5.000, aumentando así el atractivo ilegal.
Según cifras de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar), 1.585 empresas, que no están controladas por el Gobierno, son las que utilizan el combustible de contrabando y, al parecer, estos recursos se destinan a lavado de activos y financiación del terrorismo.
Las regiones más afectadas por este flagelo son Arauca, Barranquilla, Bogotá, Santa Marta, Valledupar, Cúcuta y La Guajira.
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