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Ryan Peniston, tenista británico
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La inspiradora historia de vida de Ryan Peniston: cáncer, quimioterapias y una victoria ATP

El tenista británico y una verdadera muestra de resiliencia, que le está dando la vuelta al mundo.

Con apenas un año, a Ryan Peniston le detectaron un tumor alojado en el estómago. Le detectaron Rabdomiosarcoma, un tipo de cáncer asociado a los músculos que van pegados a los huesos y que afecta principalmente a los niños. Varias sesiones de quimioterapia consiguieron curar al británico, quien 25 años después de aquella enfermedad consiguió en Queen's su primera victoria como profesional.

Peniston, un habitual de los torneos Futures y Challengers, nunca había disputado un partido ATP. A sus 26 años, el número 180 del mundo no había tenido ninguna oportunidad de medirse a los mejores. Hasta que una casualidad, una especie de suerte ligada a Andy Murray le permitió aparecer en Queen's.

La racha de Murray en Stuttgart, donde alcanzó la final, provocó que el ganador de tres Grand Slams no necesitara de una invitación para jugar en Queen's. La ATP le dio una "exención especial" por haber llegado lejos en el torneo que se jugaba la semana anterior, por lo que una de las tres 'wildcards' que reparte Queen's quedaba libre. La organización ya no tenía que debatirse entre dársela a Liam Broady, que había sido invitado en cuatro ocasiones al torneo, o Peniston, que nunca había tenido tal honor.

Con la participación asegurada, al británico le tocó bailar con la más fea. O al menos la más fea según el ránking. El sorteo le emparejó con Casper Ruud, número cinco del mundo y reciente finalista de Roland Garros. Un cruce fatal, si no fuera por la animadversión del de Oslo a la hierba. "Esta superficie es para los golfistas", bromeó hace unos meses Ruud, que apenas ha ganado dos encuentros sobre pasto.

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Peniston, que venía de jugar seis partidos sobre hierba (4-2) entre los Challengers de Nottingham y Surbiton, se cargó al noruego. La mejor victoria de su carrera, la primera a nivel ATP, la primera ante un 'top ten', un top 20, un top 50 y solo la cuarta ante un top 100. Un logro increíble para el jugador que sobrevivió al cáncer y a la quimioterapia.

"No recuerdo mucho de aquello, lo que imagino que es bueno", dijo Peniston en rueda de prensa. "Fue una manera difícil de empezar mi vida. Sobre todo tuvo que ser duro para mis padres y hermanos. Tras eso, tuve análisis y chequeos cada dos años, a veces una vez al año, para ver que todo está bien. Y aquí estoy", añadió.

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Peniston, que necesitó tres años para librarse del cáncer, comenzó a jugar al tenis con tres años, para más tarde, con trece, mudarse a Francia, más concretamente a Niza, a la que ahora es conocida como la Academia Moratoglou - el que fuera entrenador de Serena Williams y que ahora aconseja a Stefanos Tsitsipas-.

"Me fui a la academia porque en ese momento era muy difícil compaginar los estudios y el tenis. Fuimos un par de semanas y me encantó. Mi padre me preguntó si quería quedarme y decidí que sí", explicó Peniston.

Pero el viaje desde Niza hasta Queen's no ha sido un cuento de hadas. Todo lo contrario. No fue hasta 2019 cuando Peniston disputó su primer Challenger, en Surbiton, cuando aún estaba fuera de los 600 mejores del mundo. A base de jugar Futures, el tercer escalón del tenis, logró meterse entre los 400 mejores en septiembre de 2019, con casi 24 años.

"Ha sido un proceso muy gradual", reflexionó Peniston. "Cuando era un chaval no estaba entre los 20 mejores de Inglaterra. Nunca he sido uno de los top. A base de entrenar y trabajar duro mi gran oportunidad fue cuando pude irme a la universidad en Estados Unidos. Eso me enseñó el camino que tenía que seguir si quería llegar al nivel que perseguía. Desde aquello, en cada entrenamiento, visualizo dónde quiero estar y qué quiero conseguir".

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En agosto del año pasado, Peniston llegó a su primera final en el Challenger de Praga, perdida. Como las dos siguientes en Antalya y Ostrava. Esta última le sirvió para meterse por primera vez, el pasado mes de mayo, entre los 200 mejores del mundo.

En la noche anterior a su debut en Queen's, Peniston reconoció que le costó dormir. "Estaba muy nervioso. Era mi primer partido ATP y encima en casa. Lo bueno es que sabía que no tenía nada que perder". Su gran año le ha valido no solo la oportunidad de seguir creciendo en Queen's, también disputar el cuadro final de Wimbledon, que le ha dado una invitación. "Es increíble, porque tengo una pequeña lista de objetivos. Jugar el cuadro final de Wimbledon es el primero de la lista. Ha sido muy emotivo", aseguró Peniston.

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