El canadiense Michael Woods (Israel Premier Tech) apenas se podía creer su victoria en una meta tan legendaria como el Puy de Dôme y dijo que tuvo que pellizcarse para comprobar que había escrito una página de oro en la historia del Tour de Francia.
"Todavía me tengo que pellizcar para creerme que he ganado en el Puy de Dôme. Estoy muy orgulloso de mí mismo y del equipo. Por supuesto que esta victoria es muy especial", afirmó Woods en meta.
El ciclista de Toronto, de 36 años, comentó sus sensaciones a la hora de alcanzar al estadounidense Matteo Jorgnson a 500 metros de meta, cuando parecía que el triunfo iba a ir a parar a las filas del Movistar.
"Fue un ambiente ensordecedor hasta que llegué a unos 4 km de meta. No podía escuchar nada y luego, de repente, silencio. Mis oídos todavía zumbaban y tenía mucho tiempo para pensar, mucho tiempo para sufrir y simplemente mirando hacia la carretera tratando de ganarle el mayor tiempo posible a Jorgenson", explicó.
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Un esfuerzo titánico el de Woods, quien se planteó hacer una contrarreloj en busca de Jorgenson.
"A 4 km de meta ni siquiera pensé en ir por la victoria, solo pensé en hacer una contrarreloj hasta la cima, sin importar lo duro que fuera, no importaba el resultado, yo solo quería estar orgulloso de mí mismo, y lo mejor que pude hacer fue atrapar a Jorgenson, así que fue agradable", señaló.
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Una hazaña para Woods, que pone su nombre junto a leyendas como Coppi, Bahamomtes u Ocaña en la cima del volcán más alto de Auvernia.
"Voy a cumplir 37 años y no me hago más joven. Siempre he soñado con ganar una etapa en el Tour de Francia y finalmente lo logré. Me siento muy afortunado. Tengo a mucha gente genial detrás de mí, mi familia, mi equipo, Sylvain Adams y también mis padres, mi esposa y mis hijos. Todos me han apoyado. He tenido algunos momentos difíciles durante el último año, pero estoy de regreso en la cima y muy orgulloso", comentó.