Por ahora no es más que un goteo de nombres, de corredores que se caen de la lista de participantes en el Tour de Francia positivos por covid, pero la pandemia que ha marcado las tres últimas ediciones se ha convertido en el invitado sorpresa de la actual, aunque con menos fuerza.
El italiano Matteo Trentin, uno de los llamados a ser lugartenientes del esloveno Tadej Pogacar, el ganador de las dos últimas ediciones, es el último nombre que se ha caído del pelotón a causa del virus.
Su equipo, el UAE, le sustituyó en la nómina final de participantes por el suizo Marc Hirschi, tras ser controlado positivo. La ausencia del italiano puede pesar en el UAE del gran favorito, sobre todo en la etapa de los adoquines, donde Trentin es un reputado especialista.
Su exclusión se produjo después de que la Unión Ciclista Internacional (UCI) anunciara que tener el virus no implicaba forzosamente tener que abandonar la carrera.
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En su nuevo protocolo, dejaba la decisión final en manos de los médicos, que debían valorar, caso por caso, si un corredor era susceptible de contagiar al resto o si, pese a su positivo, ya no era una amenaza para contaminar al pelotón.
Esa doctrina no sirvió a Tim Declercq, del equipo Quick Step, que tuvo que dejar el maillot al campeón de Francia Florian Sénéchal tras haber dado positivo por covid.
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Tampoco valió para el italiano Samuele Battistella, apartado por el equipo Astana tras dar positivo y sustituido por el bielorruso Alexandr Riabushenko.
Algunos directores, como el del Jumbo, Merijn Zeeman, también han preferido no viajar a Copenhague, lugar de largada del Tour de Francia el próximo viernes, tras haber tenido un control positivo.
El israelí Omer Goldstein, del Israel, tampoco estará entre los participantes. En su caso, no por haber dado positivo, si no por haber estado en contacto con alguien que si dio.
Una doctrina que no ha servido para descartar al sudafricano Daryl Impey, que también fue contacto estrecho pero al que los médicos del Israel han decidido mantener entre los ocho participantes.
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También han sido declarados aptos el francés Tibaut Pinot y el suizo Stefan Kung, que hace unos días dieron positivo.
La señal de alarma tuvo lugar en la pasada Vuelta a Suiza, cuando más de 70 ciclistas tuvieron que abandonar el pelotón contagiados por el coronavirus.
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En un contexto en el que la pandemia parece recobrar fuerza con más casos pero menos graves, la UCI anunció el nuevo protocolo, más conforme, según sus especialistas, con la actual situación de la enfermedad.
Tres médicos, uno de la UCI, otro de la organización y un tercero del equipo, decidirán de forma colegiada si un corredor positivo puedo o no continuar en carrera y lo harán "en virtud de los elementos clínicos disponibles".
Para conocer la situación real del pelotón, todos los corredores serán sometidos a test 48 horas antes del inicio de la prueba y en las dos últimas jornadas de reposo, el 11 y el 18 de julio próximos.
En torno a los ciclistas se levantará una cierta burbuja, con contactos muy escasos y con mascarillas en los necesarios, como por ejemplo en las conferencias de prensa.
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Muchas de las previas al inicio de la carrera se hicieron de forma virtual y en las presenciales se redujo de forma drástica el acceso de periodistas.