Fatigados por una larga temporada ciclista, a lo que se suma un largo viaje hasta Australia, muy caro también para los países más pequeños: demasiados contratiempos que han provocado que varias estrellas del pelotón hayan renunciado al Mundial que se disputará del 18 al 25 de septiembre en Wollongong, en la costa este australiana.
Esta edición, además, llega en un momento en el que varios equipos se están jugando la permanencia en la primera división del ciclismo mundial (World Tour), lo que ha llevado a varias formaciones a negarse a acudir al Mundial para poder afrontar carreras en Europa en las que sumar puntos para no descender de categoría.
Demasiado lejos
"También tengo una esposa y una vida". Mads Pedersen, campeón del mundo en 2019, ofreció un argumento de peso para explicar su ausencia. Al final de la Vuelta, el pasado domingo, el velocista danés acumula ya más de 80 días de carrera en 2022. Si el Mundial se hubiese disputado en Europa, epicentro del ciclismo, podría haber estirado un poco más la temporada.
Pero partir al menos una semana a más de 15.000 km de casa, con el largo viaje en avión, el cambio horario y de estación (en Australia es primavera) iba más allá de sus fuerzas.
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Y no es un caso aislado. Su compatriota Jonas Vingegaard, exhausto tras ganar su primer Tour de Francia, lo que le convirtió en nueva estrella del pelotón, puso fin a su temporada en agosto.
Y el francés Benoît Cosnefroy ya descartó participar en el Mundial en junio: "Es un desplazamiento demasiado costoso en energía en estos momentos del año, además con tal desfase horario. Aún no había ganado y no me sentía en posición de fuerza con mi equipo y con los patrocinadores que nos pagan", explicó el pasado viernes tras ganar en el GP de Quebec, con un recorrido similar al mundialista.
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Demasiado caro
Avión, alojamiento, personal: el desplazamiento a Australia cuesta una pequeña fortuna que algunas naciones no están dispuestos a sufragar. Países como Irlanda y Nueva Zelanda, país vecino a Australia, pero con la mayoría de corredores basados en Europa, simplemente anularon su participación.
Los mejores corredores canadienses, entre ellos Hugo Houle, ganador de una etapa en el último Tour, Michael Woods o Antoine Duchesne renunciaron al saber que su federación les pedía costearse el viaje en avión "al no disponer de los medios para enviar a los deportistas, por lo que corre a cargo nuestro", explicó Houle.
"El Mundial en ruta de este año en Australia cuesta muy caro. Estamos obligados a presentar equipos en cada categoría y con un equipo más grande, esto supone costes adicionales", justificó Scott Kelly, responsable de la Federación Canadiense, que calcula el coste en 83.000 dólares estadounidenses, es decir, un tercio del presupuesto anual destinado a las competiciones en carretera.
Demasiado tarde
En este final de temporada, varias de las estrellas del pelotón han llegado demasiado cansados, como el británico Tom Pidcock, ganador de la etapa del Alpe d'Huez en julio, o el alemán Maximilian Schachman, doble vencedor de la París-Niza, dos de los potenciales aspirantes al maillot arcoiris.
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La fatiga es un tema recurrente cada año en el Mundial, pero en esta ocasión se suma el factor agravante del viaje a Australia. Es lo que ha llevado al joven español Juan Ayuso, tercero en la Vuelta con solo 19 años, a anunciar su renuncia "tras el gran esfuerzo realizado" en la ronda española que acabó el domingo.
Tampoco ha ayudado la pelea por mantenerse en el World Tour durante los próximos tres años, algo crucial para algunos equipos que se juegan incluso su supervivencia, lo que les ha llevado a negarse a ceder a sus corredores para que compitan en Europa y sumen puntos UCI.
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Así, Bélgica no podrá contar con los ciclistas del Lotto y España se verá privada de corredores del Movistar como Alejandro Valverde. Según el seleccionador español, Pascual Momparler, el campeón del mundo en 2018 estaba dispuesto a ir, "pero no ha recibido el permiso" de su formación.
Y el seleccionador francés Thomas Voeckler no podrá contar con el velocista Bryan Coquard, del equipo Cofidis. "Hay directores que necesitan a sus corredores para puntuar. Es algo que respeto completamente. Está en juego salvar empleos durante los próximos tres años y yo, en su lugar, haría lo mismo".