A partir del domingo se disputará el tradicional Critérium del Dauphiné con varios aspirantes a la victoria en el Tour de Francia, como el danés Jonas Vingegaard , último vencedor, que correrán la prueba de ocho etapas como ensayo general para la Grande Boucle.
El objetivo para los líderes es estar listo para la gran cita del año, pero sin llegar al máximo de forma, no vaya a ser que falte después energía para el Tour en julio.
El Criterium del Dauphiné, que llega a su 75ª edición este año, es una prestigiosa carrera que han ganado todos los grandes campeones de la historia del ciclismo y un primer test para saber el punto de forma de cada uno.
"El Dauphiné es un objetivo y al mismo tiempo una carrera que te permite medirte a los otros rivales para el Tour de Francia. Estar al 100% en el Dauphiné es un riesgo, porque el final del Tour es un mes y medio después. Por ello hay que encontrar el justo equilibrio", resume el escalador francés David Gaudu.
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El ciclista del Groupama-FDJ es uno de los aspirantes al triunfo después de acabar segundo la París-Niza, por detrás del esloveno Tadej Pogacar, peor por delante de Vingegaard.
Prueba de fuego para Bernal
En general, los ganadores del Dauphiné suelen hacerlo bien en el Tour. Incluso el equipo Sky (ahora Ineos) hizo del doblete una costumbre con Bradley Wiggins en 2012, Chris Froome en 2013, 2015 y 2016 y Geraint Thomas en 2018.
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Incluso el recorrido del Dauphiné suele inspirarse del Tour, al menos en parte, y así será de nuevo este año, con la etapa del próximo sábado (10 de junio), con el ascenso a tres puestos míticos de la Grande Boucle: la Madeleine (25 km al 6,2%), el Mollard (18,5 km al 5,8%) y la Croix-de-Fer (13,1 km al 6,2%).
La última etapa se antoja también apasionante con otros seis puertos, entre ellos el Granier, considerado fuera de categoría (9,6 km al 8,6%), y final en un muro terrible (1,8 km al 14,2%) que llevará a la Bastilla, la fortaleza militar que rodea Grenoble.
Antes del fin de semana, el recorrido no será llano tampoco y de ellos se beneficiarán los corredores potentes, con buen final explosivo, como el francés Julian Alaphilippe, que vuelve a esta carrera por primera vez en tres años.
Los rodadores deberán compensar con la contrarreloj del miércoles, de 31,1 km entre Cours y Belmont-de-la-Loire.
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Segundo el año pasado, Vingegaard es le principal aspirante a la victoria, pero deberá demostrar que llega en buen momento de forma tras una primavera muy discreta, con una victoria en la Vuelta al País Vasco, pero sin hacer las exhibiciones realizadas por otros como Pogaçar, ausente en la prueba ya que sigue recuperándose en Sierra nevada de la fractura de muñeca que sufrió en la Lieja-Bastoña-Lieja.
Así, los rivales de Vingegaard deberían ser el ya mencionado Gaudu, Mikel Landa, Richard Carapaz, Adam Yates o Enric Mas.
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Otro de los puntos de interés será comprobar el estado de forma del colombiano Egan Bernal, más de un año después de su gravísimo accidente que casi le costó la vida.
Será la ocasión, para él también, de comprobar si vuelve a tener el golpe de pedal que le llevó a ganar el Tour en 2019.