"La condición de migrante inmediatamente hace que el embarazo sea de alto riesgo tanto por lo físico como por lo psicológico", señala psicólogo de la Cruz Roja.
Bucaramanga y municipios como Lebrija y San Gil, es donde más se identifican mujeres extranjeras con bebés en camino.
"Están llegando más mujeres embarazadas de las que se espera o de las que se esperaba. Llegan en embarazo de cinco a seis meses y además ya tienen dos o tres hijos", revela Leonardo Ulloa, de la Cruz Roja, entidad que les presta atención.
A pesar de que las entidades de salud brindan atención y asistencia a las mujeres que lo requieren, voceros de los migrantes plantean que el acompañamiento debe empezar antes. Amanda Franco, de la fundación Entre Dos Tierras, plantea que debe haber “educación sexual para prevenir que vengan al mundo niños en condiciones precarias.
La Secretaría del Interior de Santander anunció que se adelantarán programas y campañas para mujeres venezolanas, pues se teme que el número de embarazos en la población migrante aumente.