Por décadas, ha sido sinónimo de atraso y abandono estatal. Pero hoy el manejo de sus finanzas es un ejemplo nacional y las obras comienzan a ser visibles.
A pesar de los muchos años de pobreza y de sufrir los rigores de la guerra, la capital chocoana está cambiando su cara. El aeropuerto El Caraño dobló su capacidad de recibir visitantes y entre el mercado y la catedral se inauguró un malecón que costó $13 mil millones logro transformar la zona del centro que estaba dominada por los bares y frecuentes atracos.
Hace menos de un mes se inauguró el megacolegio Mia, que tiene capacidad para 1.200 niños que recibían clases en chozas de corregimientos. Y está próximo a inaugurarse otro megacolegio.
Desde el año pasado se reiniciaron obras del alcantarillado en la zona del centro y algunos de los barrios más pobres. Se aspira a llegar al 50% en el 2022.
La red de Acueducto también se está ampliando.
Aún hay muchos temas por cubrir, como una sede para la Orquesta Juvenil Batuta de Quibdó.