Algunas personas que intentaron controlar la situación fueron amenazadas por el hombre.
En un alto estado de alicoramiento y sin alguna razón conocida hasta el momento, el intendente, que hace unos días se pensionó de la institución, decidió atrincherarse en el vehículo, en un parqueadero de Bogotá.
Compañeros llegaron al sitio para intentar quitarle el arma, pero solo recibieron negativas y amenazas.
Cerca del vehículo, estacionado en el conjunto residencial en el que vive, permanecían médicos de la Secretaría de Salud, Policía y guardas de seguridad, quienes tan solo esperaban que se quedara dormido para poder ayudarlo.
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