La lucha del padre Daniel Saldarriaga contra el hambre en tiempos de coronavirus

El padre Daniel Saldarriaga, director ejecutivo del Banco de Alimentos, es uno de los líderes más importantes del país, que sin ser político tiene la política de no dejar que los menos favorecidos se vayan a dormir sin comer.

Su batalla es contra la desnutrición, el hambre y la desigualdad. Una problemática que se agudiza a nivel mundial por la pandemia.

“El mundo tenía 825 millones de personas sin seguridad alimentaria. El papa advertía el año pasado ante la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) que había ya cerca de 700 millones de personas con problemas de obesidad, pero con la pandemia se nos han crecido estas cifras y todavía no hay seguridad de números, pero sí hay posibilidad de un crecimiento muy alto en la pobreza y el hambre. Colombia no queda por fuera”, asegura Saldarriaga.

Durante la cuarentena, el Banco de Alimentos y el padre han entregado casi 14 mil toneladas de comida a un millón de personas.

“Tengo tres clases de donaciones muy especiales: una es la de alimentos, muy especialmente del campo de la central de abastos de Bogotá y de algunos agricultores que nos han estado entregando productos con generosidad; la segunda es de las industrias y grandes almacenes, y la tercera es de personas de buena voluntad que nos confían recursos, que nos permiten comprar productos para garantizar la modificación de hábitos alimentarios y el acceso a alimentación saludable en la población más necesitada”, cuenta.

En cuanto a la entrega de estas ayudas a personas que lo necesitan, el padre aclara: “yo no le puedo entregar a nadie aquí en el Banco de Alimentos de Bogotá, o del sistema que tenemos, a lo largo de los casi 20 años que venimos trabajando, solamente le entregamos a instituciones donde nos garantizan que adicional a dar de comer mejoran las condiciones de vida de la población vulnerable”, señala.

A pesar de la crisis que ha desatado en la pandemia, Saldarriaga destaca la solidaridad que ha permitido entregar esos alimentos a quienes no tienen ingresos.

“El año pasado habíamos entregado 7.500 toneladas a la altura del año, hoy ya estoy llegando a las 17 mil. El año pasado socorríamos a cerca de 300 mil personas y esta venía siendo la cifra de los últimos cuatro años, este año calculamos a más de 1.200.000 personas que hemos podido socorrer”, subraya.