Al turismo sin control en Barú se le suma la presencia de extranjeros del vecino país que, incluso, han construido un nuevo barrio llamado Caraquitas.
Los líderes de la isla aseguran que la situación es crítica y que problemas sociales como la falta de saneamiento básico y el desempleo han incrementado.
Habitantes del corregimiento de Ararca sostienen que la crisis se ha agudizado con la llegada de más de 1.200 venezolanos. Además, la carencia de empleo aumenta pues la mano de obra de los migrantes la pagan a un precio inferior en oficios que se desarrollan en la playa.
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Turismo sin control causa estragos en Barú e impacta el ecosistema de la isla