Por el COVID-19 las calles de la ciudad estarán desoladas y sin las tradicionales procesiones.
Como una Semana Santa diferente y desafiante, así calificaron las autoridades eclesiásticas de Popayán esta tradicional celebración.
Según el monseñor Luis José Rueda, arzobispo de esta ciudad, durante el aislamiento y la cuarentena, los medios de comunicación han hecho que las misas lleguen hasta los hogares.
“Ha sido una Semana Santa desafiante y distinta, desafiante de la creatividad, de la evangelización, de la comunicación y de llevar positivamente un mensaje a todas las casas. Las redes han jugado un papel importante, hemos convertido cada hogar en un templo”, dijo.
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Por COVID-19 quedaron bajo llave los santos que por décadas acompañaron procesiones de Semana Santa El monseñor aseguró que las celebraciones de esta Semana Santa se podrán realizar en los hogares y que esta es una oportunidad para reunirse en torno a Dios.
“Estaremos celebrando el lavamiento de pies en las horas habituales. También la Cena del Señor, el Viacrucis, el Sermón de las 7 Palabras”, afirmó la autoridad eclesiástica.
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El monseñor oncluyó pidiendo a las personas que tengan fe en Dios durante estos momentos difíciles y que se abstengan de salir de sus hogares.
“Vivamos la Semana Santa en preparación, con gozos, con amor a la vida. Dios está con nosotros y él es la fuerza y esperanza en este momento de prueba”, señaló.
Las procesiones nocturnas en Popayán se habían realizado de manera ininterrumpida por 463 años, ahora, las calles por las que caminaban los feligreses estarán vacías.
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