Barranquilla avanza en su intención de ser la primera biodiverciudad de Colombia

Barranquilla avanza en su intención de convertirse en la primera biodiverciudad del país, teniendo como proyecto clave la recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín, uno de los tesoros ambientales de la región, que por mucho tiempo estuvo desprotegido, y que ahora se proyecta como un motor de desarrollo y un jalonador de la reactivación económica de la región y de Colombia.

Una Barranquilla sostenible. Esa es la gran apuesta, la de una ciudad que visualiza el progreso y la garantía de calidad de vida para sus habitantes, integrando lo urbano con lo natural.

“Básicamente es tomar todo el capital natural, es decir, las bondades de la naturaleza: el viento, el sol, el agua, los ríos, las ciénagas, los caños, toda la topografía y ponerlo en función del desarrollo de las ciudades, desarrollo social, desarrollo económico y desarrollo urbano”, explica Ricardo Vives, gerente de Puerta de Oro.

Pasos importantes se han gestado en beneficio de la estrategia de biodiverciudad. En marzo de este año, el Banco Interamericano de Desarrollo otorgó un crédito de 250 millones de dólares al distrito, de donde saldrán recursos para ese fin.

La recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín es el proyecto bandera.

“Dentro de la estrategia de biodiverciudades, Barranquilla hace hoy su gran apuesta de darle la cara; así como le dimos la cara al río en el malecón, aquí le damos la cara a la ciénaga y al Mar Caribe” agrega Vives.

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El comienzo de la intervención está marcado por la construcción de un ecoparque turístico, en el que se invertirán más de 82 mil millones de pesos, que contará con parques, senderos peatonales, una piscina natural, muelles para actividades náuticas, restaurantes y ciclorrutas.

Con este se inicia la primera de las siete etapas que comprende el megaproyecto.

“De los siete subproyectos ya hay varios que están iniciando. Se puso un cronograma tranquilo de obras para proteger y salvaguardar la naturaleza y poco a poco vendrán iniciando los otros proyectos que iniciarán y estarán culminados antes de diciembre del 2023”, explica también el gerente de Puerta de Oro.

Para hablar de una intervención en la ciénaga de Mallorquín, que es un ecosistema lagunero que está ubicado en su totalidad en la zona norte del distrito de Barranquilla, sobre la margen izquierda del río Magdalena, es clave también hablar con la comunidad, con los vecinos de lujo de este ecosistema que son los habitantes del corregimiento de La Playa y también los habitantes del barrio Las Flores, así como los pescadores.

“Bueno, sobrevivo del chipi, tengo mi casita y vivo de ello porque de otra manera no se puede vivir aquí en Las Flores. Lo que nosotros queremos que nos tengan en cuentan y que sepan ellos que si el proyecto viene que sea para todos para beneficiarnos”, dice José Alfredo Lora, un pescador.

Así como don José, que lleva 15 años viviendo de recoger chipi chipi en la ciénaga, otros pescadores esperan que esta iniciativa no se convierta en una amenaza para su oficio y para la comunidad de la zona.

“Le tememos a que no nos van a dejar pescar en la ciénaga, donde nosotros sacamos el sustento aquí más de 400 familias”, precisa el pescador Benjamín Gutiérrez.

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“Pienso que en buena hora se ha mirado hacia la ciénaga de Mallorquín, porque creo que es la única forma de salvar nuestra ciénaga, siempre y cuando se cumpla con las expectativas que tienen los pescadores”, dice por su parte el secretario de Asoplaya, Luis Ávila.

Según las proyecciones del Distrito, con este ecoparque se beneficiará a más de un millón de habitantes y proporcionará plazas de empleo a 20 mil personas.

Se proyecta, también, un movimiento económico de entre 20 mil y 77 mil millones de pesos en un año con su promoción.