Aunque cuando era niño los médicos no le auguraban muchos años de vida, hace poco celebró sus 34 y goza de buena salud.
“En cuarentena me la he pasado haciendo ejercicio. Estaba acá jugando y pintando dibujos; también, estaba haciendo también videos para YouTube”, relata Edward.
Sin embargo, no todo es felicidad, su hermano está mal de la cadera y necesita con urgencia una cirugía, pero no puede costear el procedimiento porque no tiene trabajo.
Por eso, Edward ve en su título la esperanza de encontrar un trabajo estable para mantener a su familia y pagar la intervención que necesita Miguel Ángel.
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Mientras llega esa oportunidad laboral que añora, el hombre más pequeño del mundo acude a la solidaridad de quien lo pueda ayudar.
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