Los Bajau son un pueblo nómada que habita las aguas del sudeste asiático, principalmente en Filipinas, Indonesia y Malasia. El estilo de vida de esta tribu se centra en el océano, donde obtienen todo lo necesario para subsistir, desde alimento hasta materiales para sus embarcaciones tradicionales, conocidas como lepa. Durante siglos, han sobrevivido recolectando mariscos, pescando con lanzas y construyendo plataformas flotantes que sirven como hogares.
Según registros históricos de National Geographic y de la revista Cell, esta comunidad ya era conocida en el siglo XVI, cuando el explorador veneciano Antonio Pigafetta documentó sus habilidades acuáticas durante su travesía con la expedición de Magallanes. Con el paso del tiempo, los Bajau han desarrollado una relación casi simbiótica con el océano, que parece haber influido en su biología de manera única.
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Su don extraordinario es aguantar la respiración
Lo que hace a los Bajau especialmente únicos es su capacidad para realizar inmersiones a profundidades de hasta 60 metros, manteniendo la respiración por varios minutos sin equipo de buceo. En este proceso, utilizan gafas de madera rudimentarias y cinturones con peso, herramientas que se han mantenido prácticamente inalteradas durante generaciones.
Este fenómeno llamó la atención de Melissa Ilardo, investigadora de la Universidad de Copenhague, quien lideró un estudio para entender cómo el cuerpo humano puede adaptarse tan profundamente a un entorno marino. Su investigación reveló que los Bajau poseen bazos notablemente más grandes que otros grupos humanos, un rasgo que les otorga ventajas significativas para sobrevivir en condiciones de baja oxigenación.
El bazo es el "tanque de oxígeno" de los Bajau
El bazo, un órgano que a menudo pasa desapercibido en la anatomía humana, desempeña un papel crucial en la respuesta al buceo. En los Bajau, se comporta como un depósito de glóbulos rojos oxigenados. Al sumergirse y contener la respiración, el órgano se contrae, liberando oxígeno adicional al torrente sanguíneo. Este proceso es esencial para mantener funciones vitales durante las largas inmersiones.
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Ilardo realizó ecografías a 59 miembros de la comunidad Bajau y encontró que su bazo es un 50% más grande en promedio que el de sus vecinos Saluan, una comunidad agrícola de la región. Este hallazgo descartó que el tamaño del bazo sea únicamente un resultado del entrenamiento continuo, sugiriendo una base genética para esta característica.
Creen que son adaptados genéticamente
El equipo de Ilardo comparó los genomas de los Bajau, los Saluan y otro grupo étnico cercano, los Han de China. La investigación identificó 25 variaciones genéticas únicas en los Bajau, incluida una relacionada con el gen PDE10A, que regula una hormona tiroidea asociada al tamaño del bazo. Estudios en animales han demostrado que niveles más altos de esta hormona pueden provocar un agrandamiento del órgano, lo que respalda la hipótesis de que la selección natural ha moldeado esta característica en los Bajau durante miles de años.
Además de explicar las capacidades extraordinarias de los Bajau, el estudio de la revista mencionada podría tener aplicaciones médicas significativas. El reflejo de inmersión que experimenta esta tribu es comparable a la hipoxia aguda, una condición en la que los niveles de oxígeno en los tejidos disminuyen peligrosamente.
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Comprender cómo los Bajau manejan eficientemente el oxígeno podría inspirar tratamientos innovadores para afecciones relacionadas con la falta de oxígeno, como accidentes cerebrovasculares o enfermedades pulmonares.
Sin embargo, la forma de vida de los Bajau enfrenta desafíos crecientes. La sobrepesca, la contaminación y la presión para modernizarse han obligado a muchos a abandonar su estilo de vida tradicional. Además, su estatus como grupo marginado en algunas regiones dificulta su acceso a derechos básicos y recursos. La investigadora advirtió que, sin apoyo para preservar sus tradiciones, la riqueza cultural y biológica de los Bajau podría perderse.
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