Donde hay agua, hay vida. La vida, por lo menos en el planeta que habitamos, es agua. Sin ella, es imposible sobrevivir. Hasta un niño lo sabe. Tal vez, por eso, Pedro Vives Vásquez, de cinco años, rompió en llanto al enterarse de la sequía por la que atraviesa Colombia.
“El río se está quedando sin agua”, se lamenta en un video publicado por su padre, el artista Carlos Vives, en su cuenta oficial en Twitter.
Claudia Elena Vásquez, la madre de Pedro, es la que lo graba. El niño se refiere al río Magdalena, la principal arteria fluvial de Colombia.
“¿Y por qué se está quedando sin agua?”, le pregunta Claudia Elena. “Hay sequía”, responde Pedro sin parar de llorar.
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Vives compartió la preocupación de su hijo con un llamado a evitar el derroche de agua, en un país golpeado por el fenómeno de El Niño.
Quiero compartir el momento en que mi hijo Pedro se enteró sobre la sequía que vive nuestro país #ContraElDerroche pic.twitter.com/B9wpxDmNZ1
— Carlos Vives (@carlosvives) January 22, 2016
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El mensaje de Pedrito llegó incluso a oídos del presidente Juan Manuel Santos.
Por nuestros niños debemos ahorrar agua. Que el hijo de @carlosvives no tenga que recordárnoslo #ContraElDerroche https://t.co/iejV2suKMi
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) January 22, 2016
Todos #Contraelderroche.
Una boda al mejor estilo neozelandés
Benjamin y Aaliyah Armstrong no tuvieron una boda cualquiera. La novia, con una corona de flores blancas que adornaba su cabeza, y el novio, de traje negro impecable, prestaban atención a la ceremonia cuando un grito rompió la solemnidad de esta boda.
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Algunos de los invitados comenzaron a bailar Haka, una danza tradicional maorí para intimidar al enemigo antes de ir a la batalla. Hoy, es mundialmente famosa por el uso que le han dado los jugadores de rugby de Nueva Zelanda, previo a los partidos.
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En eventos como esta boda, la danza es interpretada como un homenaje a los protagonistas, en este caso los futuros esposos.
La novia, algo nerviosa, lloró al comienzo. Minutos más tarde, se unió al ritual, gesticuló y bailó como cualquiera de los participantes.
Final feliz.
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